lunes, 17 de febrero de 2014

"MARCEL Y YO" (Poema en prosa, homenaje a Juan Ramón Jiménez)

A Marcel, mi coneja.

Marcel es suave y peluda, tan blanda que está hecha de pelo, carne leve y dulce, y huesecillos frágiles. 
Le digo "¡Marcel!", y viene a mí, con sus ojillos como vivos minerales negros, a buscar mis caricias, el calor de mi mano (o quizá sólo a comprobar mi presencia, a asegurarse de mí, atestiguando nuestro vínculo). Se tiende a mi vera, confiada y satisfecha, mientras acomoda sus patitas y gime y ronronea, o como se denomine el ruido de placer que emiten los conejos, una música tenue y primigenia.
Marcel hunde su hocico en los colores duros de su comida, y en el oloroso heno, que le trae proustianas reminiscencias del campo, inscritas en sus genes, en el compartido pasado de su especie.
Tumbada a mi lado, mirándome con reconocimiento, le digo: "Marcel, ¿por qué comemos otra cosa que sol o fuego?.. los dioses no tuvieron más sustancia de la que tienes tú"... y Marcel continúa observándome, y creo que me entiende y hasta sonríe, con el punto de luz de estrellas en sus ojos puros... y estira y agacha la cabeza para que se la envuelva con mis dedos, con la carne caliente de mi mano... dios deseado y deseante... yo para ella y ella para mí.


Las frases en cursiva están tomadas de Juan Ramón Jiménez. Homenaje en los cien años de la publicación de "Platero y yo".

POEMA TRISTE... MICRORRELATO

Incesantemente me anegan
los implacables ríos de la memoria:
con aguas frías y turbias vienen,
atravesando oscuros bosques,
bosques de negros árboles
dolorosamente entrelazados,
bosques de fuego muerto y gris,
de una congelada humedad.
Y a lo lejos, intuidas, con un presentimiento
de deseo ansioso, tentación o reclamo
de tantas felicidades imposibles,
las brillantes ciudades desconocidas,
a lo lejos, con sus luces atractivas,
sus edificios casi eternos, imponentes,
que me esperan con sus gentes, libros y arte,
aunque acaso nunca pueda llegar,
impedido como estoy
por los crueles ríos de la memoria.


Era difícil amarla, ya que en su calidad de fantasma fluía en mis brazos, huidiza e inapresable. Pero sus ojos eran sólidos, de táctil presencia, suspendidos entre la bruma de su cuerpo cambiante. Y en esa mirada plateada, a veces, sólo a veces, me comunicaba su comprensión ante mi deseo, y entonces recogíase para concentrar al máximo su leve materia y se filtraba en mí, empapándome los poros, y fueron los escasos instantes en que conocí el sentido de palabras como éxtasis o gloria.

viernes, 24 de enero de 2014

Relato "AQUEL HOMBRE..."

     Aquel hombre creía en la religión y la moral, o, al menos, quería creer lo suficiente, con el resultado de que, en nuestro mundo moderno, era objeto de sonrisas y apenas ocultos sarcasmos con intención humillante, desprecios notorios que revelaban la incomodidad de su presencia sólidamente conservadora. Por una de esas humorísticas paradojas que siempre se dan y siempre nos sorprenden, su novia, además de espectacularmente guapa y deseable, era una psicoanalista freudiana avant la lettre. Sí, de las que creen en la erotización de la madre y la necesidad inconsciente de matar al padre (o al revés) y en la sexualidad inagotable de los bebés de pecho, sea ésta oral, anal o, como el Dios que no existe manda, genital. Corolario: era perfecta atea. Pueden imaginar las conjeturas a que nos entregábamos los que conocíamos a la pareja, para explicar tan extraño amor. Unos apostaban a que ella quería pervertirle, que él era sólo cobaya de un experimento psico-moral. Otros, a que la chica añoraba un sentido para su yo, una reprimida pero latente tendencia a un objetivo seguro y sereno, acaso más tradicional de lo que ella hubiera admitido, y que sólo en él pudo encontrar o satisfacer, o que buscaba un sustituto a la figura paterna, fallecida unos años antes, tesis que a mí siempre me han parecido demasiado obvias o fáciles, como chistes malos y repetidos en exceso. En fin, alguien aventuró que fue él quien la sedujo, al modo de esos católicos fervorosos que sienten una indefinida atracción por el mal, lo que creen pecado, o simplemente por la belleza adornada con la luz de una inteligencia en el fondo ingenua y buena. Quizá pretendía atraerla al mundo de la inmortalidad del alma. Aunque la explicación más sencilla, según Ockham la más probable, pero también la más fantástica y, en cierta manera romántica (por tanto, mística, irracional), es que se enamoraron.

(escrito antes de 2006)




"TRISTÁN E ISOLDA", DE R. WAGNER.

Vídeos sobre esta maravillosa ópera de amor y muerte, de noche y filtros, húmeda oscuridad repleta de pasión, en la que los amantes se funden y aniquilan en el éxtasis:

https://www.youtube.com/watch?v=c3l-g2wExpo

http://www.youtube.com/watch?v=7S-_R8RQr8E

http://www.youtube.com/watch?v=6OA6tDasa6s

https://www.youtube.com/watch?v=RMz3qkPbDcA

https://www.youtube.com/watch?v=hiSq7UxE3WI

https://www.youtube.com/watch?v=qlFVHp8wblE

http://blogemiliomanuel.blogspot.com.es/2011/03/birgit-nilsson-jon-vickers-love-duet.html

http://blogemiliomanuel.blogspot.com.es/2011/01/waltraud-meier-liebestod-tristan-und.html

http://blogemiliomanuel.blogspot.com.es/2011/01/wagner-tristan-und-isolde-prelude.html

RELATOS DE TERROR, UNA LISTA.

Si tuviera que confeccionar una antología personal de cuentos de terror, con sólo un relato por autor, podría ser ésta:
- J. Potocki: El endemoniado Pacheco.
- N. Hawthorne: El joven Goodman Brown.
- E. A. Poe: Ligeia.
- P. Merimee: La venus de Ille.
- T. Gautier: La muerta enamorada.
- J. Sheridan Le Fanu: Carmilla.
- G. A. Bécquer: El monte de las ánimas.
- Henry James: El rincón feliz.
- R. L. Stevenson: Olalla.
- B. Stoker: La casa del juez.
- A. Bierce: La muerte de Halpin Frayser.
- G. de Maupassant: El Horla.
- Villiers de l'Isle Adam: Vera.
- Fitz James O'Brien: ¿Qué es eso?
- H. G. Wells: El caso del difunto mister Elvesham.
- A. Tolstoi: La familia del vurdalak.
- N. Gogol: El viyi.
- F. Marryat: En las montañas del Hartz.
- A. Conan Doyle: El parásito.
- M. P. Shiel: La mansión de los ruidos (o "Vaila").
- R. Kipling: El rickshaw fantasma.
- P. A. de Alarcón: La mujer alta.
- M. Oliphant: La ventana de la biblioteca.
- Ch. P. Gilman: El empapelado amarillo.
- Vernon Lee: Marsias en Flandes.
- Edith Wharton: El día de difuntos.
- E. F. Benson: La habitación de la torre.
- H. H. Ewers: La araña.
- G. Meyrink: La visita de J. H. Obereit a las tempojuelas (o "Vivo").
- W. H. Hodgson: Una voz en la noche.
- R. W. Chambers: El signo amarillo.
- M. Sinclair: Donde su fuego nunca se apaga.
- A. Machen: El pueblo blanco.
- M. R. James: ¡Silba y acudiré!
- A. Blackwood: Descenso a Egipto.
- H. P. Lovecraft: El ser en el umbral.
- W. F. Harvey: La herramienta.
- R. E. Howard: Las palomas del infierno.
- F. B. Long: Los perros de Tíndalos.
- C. Ashton Smith: El final de la historia.
- J. Ramsey Campbell: La iglesia de High Street.
- S. King: Crouch End.
- J. Cortázar: Las babas del diablo.
- C. Fuentes: Aura.
- R. Bradbury: La tercera expedición.
- Clive Barker: Las pieles de los padres.

Véase, por ejemplo, la ya clásica "Antología de la literatura fantástica" preparada por Borges, Bioy Casares y Ocampo (1940; 2ª ed., aumentada, 1965):http://inabima.gob.do/descargas/biblioteca/Autores%20Extranjeros/B/Borges,%20Jorge%20Luis/Borges-Bioy-Ocampo%20-%20Antologia%20de%20la%20literatura%20fantastica.pdf

O la recientemente publicada "Antología universal del relato fantástico" (2013) de la editorial Atalanta:http://www.atalantaweb.com/libro.php?id=93
(se pueden ver el índice y el prólogo, de J. Siruela, hasta la página 75).
Véase el artículo en la Wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Antolog%C3%ADa_universal_del_relato_fant%C3%A1stico

Asimismo, la no menos clásica edición de "Los mitos de Cthulhu" (1970), de R. Llopis:
http://es.scribd.com/doc/187350137/Los-Mitos-de-Cthulhu


martes, 14 de enero de 2014

PAUL CELAN

Paul Celan (1920-1970), uno de los más innovadores poetas del siglo XX. De origen rumano, escribió en su idioma natal, en francés y, sobre todo, en alemán. A partir de 1948 vivió preferentemente en Francia, donde se suicidó, arrojándose al Sena.
En principio, fue un poeta casi barroco, influido por las imágenes judaicas y bíblicas, y por el surrealismo, en largos versículos. Posteriormente, a partir de los años 50, fue evolucionando a versos muy cortos, a una palabra esencial y despojada. Se convirtió en el lírico del silencio, de la nada, del vacío (con gran influencia, por ejemplo, en José Ángel Valente). Celan además destaca por su lucha con el lenguaje, exprimiéndolo, retorciéndolo, con lo que alumbra neologismos, palabras nuevas, entremezclándolas, partiéndolas... fruto de la tensión creadora que excede, y exige más, al idioma.

Aquí, unos pocos poemas suyos:

MÚSICA DE NOCHE

Un agua humeante se precipita de las cavernas de los cielos;
tú sumerges en ella tu rostro, antes que la pestaña se vuele.

Pero queda en tu mirada un fuego azulado, yo me arranco mi vestidura:

entonces te alza la ola hasta mí en el espejo, tú deseas un blasón para ti...
Ah, era tu cabellera también mohocastaño, tan blanco también tu cuerpo,
los párpados de los ojos están rosamente tendidos como una carpa sobre el [país de la nieve:
yo no acampo allí mi corazón barbado, en primavera no florece el arbusto.
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LOS AÑOS DE TI A MÍ

De nuevo se ondula tu cabello cuando lloro. Con el azul de tus ojos
cubres la mesa de nuestro amor, un lecho entre verano y otoño.
Bebemos lo criado por alguien que no era yo, ni tú, ni un tercero:
saboreamos algo vacío y último.
Nos vemos en los espejos del mar profundo y nos pasamos más deprisa las [viandas:
la noche es la noche, comienza con la mañana,
me tiende junto a ti.
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También tu cabello vuela sobre el mar con el enebro dorado.
Con él se vuelve blanco, entonces lo tiño de azul-piedra:
el color de la ciudad donde al final fui arrastrado hacia el sur...
Con jarcias me amarraron y a cada una ataron una vela
y me escupieron con sus bozos brumosos y cantaron: «¡Oh, atraviesa la mar!».
Yo sin embargo pinté como una barca mis alas con púrpura
y con mi estertor me di brisa y antes que durmieran me hice a la mar.
Tus rizos, ahora, podía teñírtelos con rojo, pero los tiño azul-piedra:
¡Ay, ojos de la ciudad, donde caí y fui arrastrado hacia el sur!
Con el enebro dorado vuela también tu cabello sobre el mar.
----------------------------
CUANDO YACES EN EL LECHO 
de olvidado paño de bandera, 
con silabas negroazuladas, a la sombra de pestañas de nieve, 
viene, a través de chubascos 
de pensamientos, 
la grulla deslizándose, acerada -
tú te abres a ella. 
Su pico te toca la hora 
en cada boca - en cada una 
repica, con una soga rojo encendido, un milenio 
de silencio, 
plazo y no-plazo 
se amonedan mutuamente a muerte, 
los táleros, los centavos 
te llueven con dureza a través de los poros, 
en 
forma de segundos 
vuelas allí y condenas 
las puertas Ayer y Mañana -fosforescente, 
como dientes de eternidad, 
brota uno de tus pechos, brota también el 
otro, 
hacia las garras, bajo 
los envites-: tan denso, 
tan hondo 
esparcido 
es el astral 
semen de 
grulla.
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ESPASMOS, te quiero, salmos, 
las paredes sensibles hondas en el tú-abismo 
se regocijan, Pintada-de-semen, 
Eterna, deseternizada eres tú, 
eternizada, Ineterna, tú, 
¡ah!, 
en ti, en ti 
canto yo la incisión de la vara de hueso, 
Rojiroja, bien detrás del vello del pubis 
arpegiado, en las cavidades, 
fuera, en redor 
el infinito nequaquam-canon, 
tú me arrojas la nueve veces 
entrelazada, goteante 
corona de colmillos.
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CORONA

En mi mano el otoño come su hoja: somos amigos.
Extraemos el tiempo de las nueces y le enseñamos a caminar:
regresa el tiempo a la nuez.

En el espejo es domingo,
en el sueño se duerme,
la boca dice la verdad.

Mi ojo asciende al sexo de la amada:
nos miramos,
nos decimos palabras oscuras,
nos amamos como se aman amapola y memoria,
nos dormimos como el vino en los cuencos,
como el mar en el rayo sangriento de la luna.

Nos mantenemos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle:
tiempo es de que se sepa,
tiempo es de que la piedra pueda florecer,
de que en la inquietud palpite un corazón.
Tiempo es de que sea tiempo.

Es tiempo.
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MANDORLA

En la almendra -¿qué hay en la almendra?
La Nada.
La Nada está en la almendra.
Allí está, está.

En la Nada -¿quién está? El Rey.
Allí está el Rey, el Rey.
Allí está, está.

                 Bucle de judío, no llegarás al gris.

Y tu ojo -¿dónde está tu ojo? 
Tu ojo está frente a la almendra. 
Tu ojo frente a la Nada está.
Apoya al rey. 
Así está allí, está.

                 Bucle de hombre, no llegarás al gris.
                 Vacía almendra, azul real.
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Las "Obras completas" de Celan, en la ya clásica traducción de J. L. Reina Palazón:
http://www.ecdotica.com/biblioteca/Celan,%20Paul%20-%20Obras%20Completas.pdf


Una pequeña antología:
http://amediavoz.com/celan.htm





martes, 10 de diciembre de 2013

Poemas "SIRENAS"

Poemas que escribí para el "Proyecto Sirena", recientemente celebrado en Logroño, una combinación de artes plásticas y literatura, con otros compañeros y amigos, en una inolvidable exposición:

SIRENA SOY

Delicïosamente se extïenden
mis mïembros en la arena frágil:
senos de carne que estalla
como simas convexas
que anhelan llamas y sol;
cola de espejos, escamas frías,
con un tibio sexo agazapado:
vagina
salina
que es quien realmente canta
(oculta garganta, inflamada de sabios vientos),
quien de verdad, gracias a mentira astuta,
subyuga y atrae hacia mí
a esos rudos hombres, de dureza seca,
de almas deseantes, empapadas con gris tiniebla,
que en un siempre buscado amor
se consumen y destruyen.


SIRENAS ÁRTICAS

Cuelgan los huesos
(violentamente amarillentos,
aun a pesar de su encierro)
en transparentes témpanos atrapados,
en carámbanos de un hielo casi puro.
Son los huesos de las víctimas,
en estos parajes gélidos
como diamantes apoyados en astros muertos.

Aquí no tiene nombre el silencio
ya que silencio es la esencia misma.
Y casi idéntica la soledad,
salvo por ciertas finas figuras
de belleza y muerte:
muy blancas muchachas
asoman entre las aguas, lentamente,
sus húmedas melenas de clara calidad,
sus rostros perfectos e impasibles
(muestran indiferencia o serenidad
divinas).

Del helado y denso mar surgen,
y en las polares orillas, aún más blancas,
se tienden con tranquilos movimientos.
Sin evidenciar emoción alguna
contemplan los encapsulados huesos
de los hombres a quienes ofrecieron su amor.


HABLA OTRA SIRENA

Necesito atraer a los marineros,
(esos hombres de piel y mirada
curtidas por los viajes),
para de ellos alimentarme.
Les hago soñar con mi canto,
con el vislumbre de unos hermosos miembros
(brillantes por los efectos acuáticos,
entre la neblina, a lo lejos)
y les introduzco el candente imán
del deseo hacia mí:
anegarse quieren en mi música infinita,
explotar en coitos, derramándose,
entre las telas de mis pieles más profundas.
Esos pobres marineros atienden al canto
sin saber que bajo la belleza del arte
palpita el veneno de la muerte.