Poemas que escribí para el "Proyecto Sirena", recientemente celebrado en Logroño, una combinación de artes plásticas y literatura, con otros compañeros y amigos, en una inolvidable exposición:
SIRENA SOY
Delicïosamente se extïenden
mis mïembros en la arena frágil:
senos de carne que estalla
como simas convexas
que anhelan llamas y sol;
cola de espejos, escamas frías,
con un tibio sexo agazapado:
vagina
salina
que es quien realmente canta
(oculta garganta, inflamada de
sabios vientos),
quien de verdad, gracias a mentira
astuta,
subyuga y atrae hacia mí
a esos rudos hombres, de dureza
seca,
de almas deseantes, empapadas con gris tiniebla,
que en un siempre buscado amor
se consumen y destruyen.
SIRENAS ÁRTICAS
Cuelgan los huesos
(violentamente amarillentos,
aun a pesar de su encierro)
en transparentes témpanos
atrapados,
en carámbanos de un hielo casi
puro.
Son los huesos de las víctimas,
en estos parajes gélidos
como diamantes apoyados en astros
muertos.
Aquí no tiene nombre el silencio
ya que silencio es la esencia
misma.
Y casi idéntica la soledad,
salvo por ciertas finas figuras
de belleza y muerte:
muy blancas muchachas
asoman entre las aguas,
lentamente,
sus húmedas melenas de clara
calidad,
sus rostros perfectos e impasibles
(muestran indiferencia o serenidad
divinas).
Del helado y denso mar surgen,
y en las polares orillas, aún más
blancas,
se tienden con tranquilos
movimientos.
Sin evidenciar emoción alguna
contemplan los encapsulados huesos
de los hombres a quienes
ofrecieron su amor.
HABLA
OTRA SIRENA
Necesito atraer a los marineros,
(esos hombres de piel y mirada
curtidas por los viajes),
para de ellos alimentarme.
Les hago soñar con mi canto,
con el vislumbre de unos hermosos
miembros
(brillantes por los efectos
acuáticos,
entre la neblina, a lo lejos)
y les introduzco el candente imán
del deseo hacia mí:
anegarse quieren en mi música
infinita,
explotar en coitos, derramándose,
entre las telas de mis pieles más
profundas.
Esos pobres marineros atienden al
canto
sin saber que bajo la belleza del
arte
palpita el veneno de la muerte.