viernes, 5 de noviembre de 2010

ENSAYO 2 (mundos y tiempos pasados)

Me gustan los escritores que han tratado el tema de la nostalgia por un mundo pasado.

Por supuesto, para mí, el primero es MARCEL PROUST, por la profundidad y belleza de su obra. En su caso, la recreación de esa Francia de fines del XIX y principios del XX, de aquellas aristocracia y alta burguesía... Proust sentía que ese mundo iba a desaparecer (si no lo estaba haciendo ya), junto con su propia infancia, por las eternas leyes del cruel y tiránico tiempo. Y llegó a la certeza de que la única manera de salvarlo (vicariamente) era la fijación artística, literaria (En busca del tiempo perdido). Y así todos esos recuerdos, aquellas personas e ideas, quedarían impresos (¿eternamente?) en la perfección de una novela abrumadora. Por fin llegó a "el tiempo recobrado". En su estilo maravilloso, de frases largas y meándricas, de sutil y exquisita música, recuperó ese cosmos, buscando leyes universales de la psicología y de la vida (esos análisis en primera persona del plural), hallando metáforas y comparaciones de una hermosura exacta y deslumbrante. Todo entreverado de lirismo, de humor o de ironía a veces (la nostalgia no está exenta de crítica), de melancolía...

En el fondo, se trata del viejo, clásico género de la elegía (lamento por lo que se pierde). Ya en nuestra literatura medieval tenemos el supremo ejemplo de las "Coplas" de JORGE MANRIQUE ("¿Qué se fizieron..., cuál se para...?"). Es una adaptación del clásico tema "ubi sunt" (emparentado con el "superbi colli", el "collige, virgo, rosas" y el "carpe diem").

En la literatura moderna hay otros hitos que me agradan:

G. T. DI LAMPEDUSA: "El gatopardo" (1957). El siciliano príncipe Salina ve cómo se transforma su mundo, merced a las nuevas revoluciones liberales. Pero "todo ha de cambiar para que todo permanezca igual".

L. VILLALONGA: "Bearn" (1956). Frecuentemente comparado con Lampedusa (se le acusó de plagiar al italiano, sin fundamento, todavía no se había publicado "El gatopardo" cuando escribió esta novela). Expone la decadencia de la vieja aristocracia rural mallorquina.

También podrían citarse ciertas obras que reflejan esa fascinación por la perdida Europa de la belle epoque, anterior a la 1ª Guerra Mundial, como "Pasenow o el romanticismo" de BROCH, "El hombre sin atributos" de MUSIL, "La montaña mágica" de TH. MANN, "La marcha Radetzky" de J. ROTH o las memorias de ZWEIG ("El mundo de ayer").

Un suave canto por esa Europa (y la infancia, siempre la infancia) puede rastrearse en algunas novelas del gran artista que fue VLADIMIR NABOKOV (v. gr.: "Habla, memoria", "Pálido fuego", "Ada o el ardor", incluso las primeras partes de "Lolita").

En cine, evidentemente las recreaciones esteticistas del marxista y aristocrático LUCHINO VISCONTI: "El gatopardo", por supuesto, y "La muerte en Venecia", "Ludwig", "Senso", etc.

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