LA NOVIA DESNUDADA POR SUS SOLTEROS, INCLUSO (Homenaje a Marcel Duchamp, a su obra "El gran vidrio", 1915-1923).
La novia, anhelante, en la parte superior,
en su deseo sudoroso casi desnudada
por los solteros de la mitad inferior,
apelotonados hombres solitarios
que no llegan a tocar a la mujer;
mientras tanto, ellos agitan sus molinillos:
humo y polvo producen
que ligero sube, hacia la cápsula femenina:
viriles vapores que, como un órgano de piel
apenas inexistente, consiguen quitar
un poco de los ropajes que envuelven a la amada,
desvelando el inaccesible misterio
de los tres cuadrados blancos:
intuido hueco del placer y el sexo.
Sólo así es posible la comunicación
entre ambos mundos que se buscan y desean
con toda la fuerza de la materia, de la carne:
imperfectas y nunca plenas
aproximaciones biomecánicas.
Y tanto la novia como sus solteros,
son insectos o máquinas,
aplastados e inermes entre la luz impasible
del tiempo congelado en un vidrio
bidimensional, incluso.